Acompañamos distintos procesos de la vida sexual de las personas, para que cada una construya su historia en base a la toma de decisiones informadas con respecto a lo que consideren lo mejor para ellas y sus hijos. No juzgamos esas decisiones y nos constituimos como agentes de promoción de salud que trabajamos en y con otros equipos de forma interdisciplinaria para esas familias.

Buscamos acompañar de forma tal que no nos necesiten, que nuestra presencia no sea indispensable, que el acompañamiento previo al parto sea de empoderamiento, que sean autónomas en sus decisiones, que puedan sentirse confiadas y sin miedo. Somos las encargadas de recordarles a las mujeres que pueden parir, independientemente de que eso suceda finalmente, por los motivos que sea. Somos parte de la construcción que le recuerda a las mujeres el poder que tienen, de impulsar la vuelta a la conexión con nuestros cuerpos, que confiemos en nuestra fisiología, confiemos en que ésta se ordena y autorregula, y que son muchísimas menos la posibilidades de que algo se desregule o implique la necesidad de una intervención si no intervenimos que si intervenimos de más.